Pocas veces en mi vida, he sentido una histeria tan colosal como la que siento ahora: mientras escribo mis ojos parecen dar vueltas y mi cerebro burbujear cómo azúcar quemada sobre un recipiente de metal. Todo parece estar a punto de colapsarse, mi sanidad mental incluida, (la poca que me queda)
Todo dentro de mí se expande y se contrae a un ritmo vertiginoso. No importa la solución que encuentre, hay algo que la refuta: “Chafa”… mhmhmm “chafa” mmmm “no, aun más chafa” “no, no hay tiempo.
Mi voz ahoga sus gritos, mis manos contienen sus golpes, mis piernas sus pataletas. Mi boca busca en el sabor de una galleta la dulzura de la vida que me sabe a buches de de mierda.
¡Puto cosmos! ¡Puta vida! ¡Puta histeria! ¡Puta Madre!´
Todo dentro de mí se expande y se contrae a un ritmo vertiginoso. No importa la solución que encuentre, hay algo que la refuta: “Chafa”… mhmhmm “chafa” mmmm “no, aun más chafa” “no, no hay tiempo.
Mi voz ahoga sus gritos, mis manos contienen sus golpes, mis piernas sus pataletas. Mi boca busca en el sabor de una galleta la dulzura de la vida que me sabe a buches de de mierda.
¡Puto cosmos! ¡Puta vida! ¡Puta histeria! ¡Puta Madre!´
¿Qué te duele cuando estas a punto de sufrir un derrame cerbral?
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