domingo, 2 de enero de 2011

Un patán con clase

"Only unfullfill love can be romantic"
Woody Allen
Todo acabo. Acabo en 33' 43''. El tiempo que nos dio la compañía telefónica con tarifa celular a celular, larga distancia. Por sorprendente que parezca fue entre risas. Claro está ya le había gritado un poco antes. Los reclamos usuales: “tú te fuiste a buscar a otro”; “¡te lo cogiste carbón!”; “me rompiste el corazón en pedacitos”.Las excusas todavía más usuales: “tú y yo no éramos nada”, “nos estábamos conociendo”

¿y las promesas?

De alguna forma es mi primer rompimiento, y es que nunca nadie había honrado la promesa más grande: ser honesto hasta el final. Eso te pone muy por encima que el resto de los hombres (al menos de los míos). Sigues siendo un patán, no creas que no, pero un patán con clase. La clase de patán con la que yo soñaba enamorarme.

Tu dijiste “yo quería enamorarme de alguien completamente; de alguien que no tuviese que cambiar nada” –acaso crees que eres el único- lamento no ser perfecto. También dijiste que era mi culpa, que nunca nadie me amaría hasta que no cambiase mi actitud, dijiste que soy obsesivo y que pierdo la cabeza por cualquiera. Quizá tienes algo de razón. Seamos honestos, tienes mucha razón, soy obsesivo, pero no, no pierdo la cabeza por cualquiera. La perdí por ti ¿Cada cuanto crees que en mi camino se cruza un hombre decente, y guapo que piensa que soy decente y guapo? Una vez cada diez años.

Si escribo esto es porque no alcance a despedirme. Tampoco se me ocurre bien cómo. No quiero una de esas despedidas melodramáticas en las que te deseo suerte y que seas feliz. Menos algo musical:

Bye-Bye, Mein Lieber Herr.
Farewell, mein Lieber Herr.
It was a fine affair,
But now it's over.


Lo primero no funciona, porque ahora eres feliz y lo segundo tampoco, porque intento alejarme del soundtrack de Cabaret –desde hace días, cada que me siento fatal, escucho Maybe this time, y me da por pensar que voy a terminar viejo y solo.

Supongo que la mejor despedida sería decirte: recuerda que la felicidad es un estado transitorio. No es la felicidad si no nuestro dolor lo que nos define. Deseo que tengas el coraje, la paz y la fuerza necesaria para enfrentar lo que viene después. Tu único compromiso es contigo y tu felicidad. Búscala y no permitas nunca que nadie te diga como vivir. Estoy tan seguro de eso como de que podría amarte locamente, si no tuviese que dejarte ir.