martes, 31 de marzo de 2009

Diario de una noche insomne

Receta para el insomnio:
Beba abundante café antes de irse a la cama
Llene su cabeza de reflexiones filosóficas inútiles
Tan simple cómo eso, hoy no puedo dormir. Supongo que no debí haber bebido un litro de café en la cena, pero ni parecía tanto, ni estaba tan cargado. Pero después de dar vueltas en la cama sobre asuntos varios decidí encender el modem y luego la computadora para ver si acaso tanta falta de sueño era síndrome de una creatividad exaltada o por lo menos, su ausencia terminaría por aburrirme y entonces por ocasionarme sueño.

Invariablemente escribiré una vez más sobre existencialismo amoroso, la crisis escolar termino hoy que recibí la calificación del trabajo maldito, 94 no está nada mal. Pero tampoco sé a ciencia cierta que de todas las cosas que me parecen existencialistas y amorosas o viceversa tiene mayor relevancia.

Hace un par de días leía el blog de mi Pinche Joto Suicida (véase a quienes sigo bajo las siglas PJS) y sentí un poco de envidia y otro poco de desesperación: la envidia vino no sólo porque escribe mucho mejor que yo, o porque a lo largo de su último texto es capaz de plasmar sentimientos universales haciéndote sentir parte de un mundo y adolecer de una carencia semejante. Sino porque es capaz de ponerle palabras a sus sentimientos, y de describirse a si mismo y eso es algo que simplemente amo en él.
La desesperación vino más tarde cuando fui incapaz de articular un contra discurso. Quería hacerle entender que el amor no se forza, que el amor se espera, pero no desespera. Que el amor es algo que se da incondicionalmente y se recibe de la misma manera sólo cuando no esperamos que así suceda. Que el amor nace y crece primero en cada uno de nosotros y es entonces, y solo entonces cuando somos capaces de amar. Que buscar el amor en alguien más es por demás un ejercicio estúpido, innecesario, adictivo masoquista y cobarde. Si, si cobarde porque pasamos toda la vida culpando a otros por su desamor. Porque es tan, pero tan fácil creer que cada decepción, o amor sin consumar es producto del miedo y del egoísmo de aquel a quien le dimos nuestro cariño y le entregamos en bandeja nuestras esperanzas para que los masacrara compulsivamente con su desden.

Excusas, excusas nos llenamos de excusas inverosímiles y baratas capaces de maquillar nuestro propio egoísmo y cada uno de nuestros miedos. Cuanto quise gritarle cada una de estás cosas. Cuanto quise decirle que me duele su dolor, pero que más me duele no pode aliviarlo. Cómo pedirle que hurgue dentro de si buscando respuestas que yo no tengo y también deseo. Como romper con la frialdad de la razón algo que a pesar de todo me parece tan hermoso y tan vibrante.




martes, 24 de marzo de 2009

titulo tentativo: refelexiones infestadas de negatividad y patetismo con final positivo y cursi, pero está requet'e largo

Aunque debería estar haciendo una de mis tareas para la clase de mañana, muy temprano, preferí ponerme a escribir para ustedes mis siempre venerados lectores imaginarios. Resulta que por fin he terminado con uno de los proyectos más endemoniados del semestre: una infografia interactiva.

Después de más de 80 horas de trabajo, varias desveladas maratónicas, canciones ochentenas a la una de la mañana, y diálogos al estilo del Rudo y el Cursi, hace unos minutos di click en el botoncito “enviar para calificación” vale decir que no creo que vaya a ser muy alta, pero, por extraño que parezca, tampoco me importa. Es en esta última frase que recae el post de hoy ¿Qué tan bueno o malo es que no me importe? Quizás es bueno, porque estoy abandonando la pretensión idiota de ser un estudiante (o alumno) modelo (por no decir matadísimo) de calificaciones altas y promedio presumible, pero al mismo tiempo no he dejado de matarme como pendejo, y muy probablemente me sentiré no sólo ofendido sino también decepcionado de mis capacidades y del resultado del esfuerzo una vez que me entreguen la nota.

Ahora mismo tengo sentimientos encontrados al respecto: todo el trabajo durante el pasado puente, luego durante el último fin de semana: haber faltado a las comidas en casa de la tía, una de ellas con motivo de mi cumpleaños, cargar la loza del stress en la espalda, posponer otros trabajos y no cumplir con las expectativas de mis otros maestros y mis otros compañeros de equipo, pasar los días medio zombie, todo ¿Para qué? ¿Para sacar un seis? ¡Bah que mierda!

En fin, gracias a "la gorda" quien amablemente me recogió de la universidad cada uno de los días que me quede encerrado hasta la madrugada. A mi señora bendita (Doña Ángela Godoy, véase referencia en la entrada se acabo) que en un día de strees absoluto en que me sentía el pendejo más grande del mundo, me recordó que no lo soy del todo, (o sea tengo talentos escondidos). a Mildred que veló mis 60 minutos de sueño en el suelo del salón, me dio cobijo con una de su sudaderas y almohada con su peluchito de Taz. A Eunicienta que siempre trató de mantener una buena actitud y su mejor cara a pesar de que se la estuviera llevando la chingada, a Karlita, que se ofreció a ayudarnos y me dio una clase rápida cuando no sabia que hacer. A mi PJS que me conectó con su amigo el diseñador cuyo talento dio forma a nuestras ideas. Gracias a la vida porque mañana es miércoles y el sabadito estará más cerca y traerá consigo una borrachera masiva con tintes de perdición e inconsciencia total para celebrar, no la calificación, sino que ahora somos más unidos.
Ahh querían saber que es una infografia, esta no es interactiva, de hecho es narrativa pero muestra a traves de recursos infograficos la historia de la Caperucita Roja. Vale la pena está PKM



Slagsmålsklubben - Sponsored by destiny from Tomas Nilsson on Vimeo.

martes, 17 de marzo de 2009

Excusas para las excusas

"Si Pero no te extraño, no es poesía, yo no se que jodidos lo sea"
Christian Mendoza
Este es el segundo ejercicio de mi clase de Escritura Creativa, el objetivo: escribir un poema o las razones para no poder o querer escribirlo.
Entre tanto buscar razones para no escribir un poema, encontré el deseo de escribirlo. Pero casi al mismo tiempo, el deseo se volvió frustración. Es oficial ¡No puedo escribir un poema! No puedo, no quiero ¿Quién sabe? Lo único que se con exactitud es que en este momento la tarea me resulta avasallantemente demoledora.

Verán ustedes escribir un poema, me pone en la enorme disyuntiva, no sólo de pelear encarnizadamente con la métrica, sino de de buscar un tema al cual referirme y al parecer cada una de mis posibilidades ya ha sido explotada magistralmente por otros. Cómo bien dice Eunice: “Podría escribir los versos más tristes está noche, pero ya se me adelantó el señor Neruda”.

El problema es que podría escribir sobre tantas cosas, pero cada una de ellas parece haber sido descrita ya de maneras tan sublimes, voluptuosas y vibrantes que cualquier cosa que yo intente no será si no sólo un esbozo mal calculado y deficiente. Si este no es el caso, entonces, encuentro una razón lógica para descartar el tema: se bien, que podría escribir sobre amor o desamor, pero cualquiera que sea mi decisión me remitiría a su recuerdo. Si es cierto entonces que como escritor tengo una responsabilidad con mis lectores ¡Qué caray, ya deben estar hartos! Otro momento de inspiración dedicado a su imagen, por mucho sobrevalorada, y estoy seguro, harán una colecta para el terapista.

En otro momento considere la posibilidad de plasmar en mi texto una oda a la exquisitez de mi concupiscencia: versos para cada uno de mis deseos ahogados, ignorados o puestos en pausa. Pero en ese instante, un dejo de vergüenza se asomó en mi rostro; supe que tarde o temprano, a pesar de mis múltiples esfuerzos, ese texto mutaría libremente hasta convertirse en un relato pseudo erótico sádico y sodomita. Porqué no puedo creer sobre la Inesita (aquella que tiende ancho y duerme solita) que es posible, como alguien asegura, quiera dormir sola, aunque un regimiento se postre a su pies. Pero yo ya no se si de a dos, o distinto a vos, tampoco estoy seguro si con el regimiento me agarraría la tos. Si son los años, los desengaños, o los lobos marinos y para no ponerme a averiguar, mejor no escribo nada.


domingo, 15 de marzo de 2009

¿Sueños, deseos, o simples chaquetas?

“En el momento en que cumplimos un sueño, si somos humanos, empezamos a soñar en algo más”.
Grey’s Anatomy

Entre tanto trabajo escolar, disculpen ustedes que no tenga tiempo de entrar en crisis y que no tenga nada decente que contar. Naturalmente mi tiempo para televisión también ha descendido considerablemente. Aunque hay un par de cosas que hace rato están agendadas para darles una miradita, sin darme cuenta caigo dormido. En conclusión todo marcha con relativa normalidad y equilibrio, en su defecto, estoy demasiado ocupado para darme cuenta.

Desde hace unos días Eunicuenta y yo hemos discutido, con cierta profundidad e interés, acerca del poder, casi mágico, de lo que ella insiste en llamar “chaquetas mentales” (ya se, suena requet’e feo) como paréntesis cultural, debo aclararle mi amadísimo lector que esto no se trata de un acto de auto satisfacción no llevado a la practica; sino, de toda aquella construcción mental que proponga una situación de vida deseable o futura, o bien, experiencias únicas e inimaginables, aunque eso no significa carentes de sentido (al menos casi siempre). Las hay de todos tintes, y temas en toda clase de espacios y momentos, con toda clase de roles y situaciones, con incontables elementos, reales y ficticios, por todas causas y remedios…

Básicamente el trabajo de una chaqueta mental es procurar placer: correspondido, único, perfecto, puro e irritante; a través de el arma más poderosa del ser humano: la imaginación. Una chaqueta mental nos remite a nuestra capacidad más extraordinaria infantil y maravillosamente humana: la de soñar.
PD. Hablando de chaquetas...


sábado, 7 de marzo de 2009

Muchachito inverbe!

¡Hola mis amados lectores imaginarios! No hay palabras para describir la vergüenza que siento por dejarlos abandonados tantísimo tiempo. Miento, probablemente si las haya, pero las desconozco. Los últimos días la vida me ha mostrado lo iletrado que soy en cuestiones lingüísticas ¿Podrán los Dioses perdonarme el atrevimiento de jugar a ser escritor?, ¿Podrán incluso los buenos escritores mostrar benevolencia ante mis repetidas profanidades? ¡Cuanto quiero creer que si!

Justo hace algunas horas leía la retroalimentación de uno de mis profesores que dice así: “Me gusta el barroquismo. Siempre y cuando no pierdas claridad en lo que estás planteando”. Después de reírme un rato, y rascarme la cabeza durante otro, la infinidad del Google fecundó una de mis neuronas. Barroquismo: abigarramiento, exageración, pomposidad, aglomeración, exuberancia, profusión. Aunque puedo entender ahora que se refiere a una aglomeración de información; yo sigo pensando que sólo era sarcasmo. En lo dicho, ese hombre y yo tenemos serios problemas de comunicación. Aprovecho este momento para agradecer a otra profesora Magda, de Discurso Hipermedial, quien la semana pasada cultivó mi reducido léxico al aclararme que si bien el envejecimiento es un proceso natural que puede postergarse, no es ininterrumpible ni mucho menos iretrasable.

En otros asuntos quisiera tomar este párrafo para agradecer a Aidee por su divertidísimo post sobre la incongruencia del feminismo y el machismo. Jamás había conocido a una mujer que se sintiera tan cómoda hablando de sus propias diferencias culturales y psicológicas con el género masculino. Sin duda esto de si ellas o ellos no tiene sentido porque al final sólo quedamos NOSOTROS. Sin embargo, para todas aquellas que si le hicieron caso al mail de los caracoles y para las que no, este es mi regalo:
En conclusión: feministas, anti feministas, “modernas”, “chapadas a la antigua”, heterosexuales, gays, bisexuales, o atrapadas en el cuerpo de un hombre. Feas, bonitas, voluptuosas, pudorosas y todo lo que se les antoje. Disfruten su día haciendo sufrir a un hombre pendejo.

martes, 3 de marzo de 2009

B-day boy!

"Uno sabe que está viejo cuando empieza a parecerse a su padre"
Gabriel García Márquez
Es oficial ahora tengo 23 añotes… recuerdo que un post anterior recalqué que aun no tenía una meta para el nuevo año que comienza en mi vida. Por extraño que parezca hoy está más o menos clara: en las últimas entradas he recalcado como es que estoy atado a una parte de mi pasado que afecta mi presente; he escrito sobre la incapacidad de perdonar y de enamorarme de nuevo, del miedo a tener fe en alguien otra vez, a que esta se rompa, y que entonces pierda el sentido de quien soy y cómo es que soy feliz.

El asunto es que todas esas cavilaciones han venido a mi cabeza desde que me he enfrentado a la posibilidad de comenzar una relación sentimental y al deseo incipiente de que funcione. Sin embargo, hasta ahora, según mi primo "El Roker", me he limitado ha analizarlo como si fuera una transacción monetaria, y tiene razón, tiendo a llamarlo “negocio” para empezar. Dada la situación es objetivo de mi onomástico número 23 perdonar, perdonarme y volver a empezar.

En otras cuestiones sobre el mismo tema, es extraño pero creo que me he empezado a tomar esto de los cumpleaños con calma (o bien con negación) aunque todos tienden a preguntarme mi edad y yo a no decirla he tratado de ver el asunto del envejecimiento como un proceso natural e ininterrumpible (lo que no significa irretrasable) – ¿existe ese término?- En otro orden de ideas: tengo los que tengo y no podré tener menos, pero al menos podrá parecer que si.

Aprovecho este momento para agradecer a todos mis amigos por sus felicitaciones, a mis papás por haber venido a verme desde Puerto Vallarta, en especial a mi mamá, por cocinarme una exquisita cena y comida y a los que me siguen felicitando hoy. Gracias a la vida por darnos arrugas en la frente pero también métodos para combatirlas: gracias a la mercadotecnia por lanzar a la venta un café soluble con más antioxidantes que el té verde. A los productores de arandano de Jalisco y las empresas que fabrican el jugo. Gracias a las estrellas de Hollywood por poner de moda la Yoga y el Pilates. A la ciencia, que descubrió la manera de encapsular vitamina E y reflectar los rayos del sol que foto envejecen el rostro; y a las compañías cosmetólogas por hacernos creer que las cremas contra las arrugas realmente funcionan. ¡¿Qué a poco no lo valen?!

Ah por cierto, me di cuenta que siempre trato de escribir sobre ocasiones especiales; así que hoy inauguro una nueva etiqueta con el nombre: "p'a celebrar"

Nota aclaratoria: mi cumpleaños fue ayer.