miércoles, 24 de diciembre de 2008

Tropiezos prenavideños

Pobre de mi blog, tan abandonado, a pesar de que tengo mucho que escribir en el. Algunas cosas de mayor relevancia de lo que estoy por escribir ahora: ¿Cuántos tropiezos se pueden sufrir en un día? No estoy seguro, lo que si se es que son bastantes. Camino a la tienda de mi mamá tuve el primero y el resultado no fue una caída pero si un par de arañazos en el antebrazo que me propicio una buganvilia asesina. Unos pasos adelantes me encontré con Pato, mi ex, (otra vez) quien está mas gordo que la ultima vez que lo vi. Supongo que lo único que ha cambiado es que ahora ya es un pequeño heredero, pues su recién fallecida abuela le regaló su casa (que por cierto, está cerca de la mia) a cambio de que cuidara de sus tíos mayores.


Luego siguieron los tropiezos pues mi madre me envió a comprar un regalo navideño para mi sobrina, y que me dice: “Yo creo que en gulguort está más barato”. Así que tuve que meterme a una tienda del pópulo (soy un poquito bien clasista) lleno de güeras Miss Clairol y gordas desparramadas en pantalones entallados a la cadera. ¡Nefasto! Aunque en efecto el juego que quiere Victoria (Adivina Quién, del que yo también tuve en mi tierna infancia.) estaba apenas en 199 pesitos! Saliendo de ahí fue a envolver la caja y recordé cuanto me gustan esas joterias de buscar papel y moñitos que hagan juego y se vean originales y bien cute. (También soy un muchote, bien maricón)

Chale! Me llaman a desayunar, debo correr. Por cierto hoy estoy en Guadalajara para celebrar la Noche Buena con la familia ¡Felices Fiestas! (Que falsedad ni tengo espititu navideño)

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