martes, 23 de junio de 2009

Aventuras y desventuras

Los saludo hoy mis siempre amados lectores ante la expectativa mediatizada de la tormenta tropical Andrés, su conversión a huracán categoría 1 y su muy temido golpe en tierras Vallartenses; que hace 10 minutos acaba de ser declarado nulo pero que propició algunas ventas de pánico cómo cintas adhesivas, linternas de mano y lámparas de emergencia (mucho más rentable que la influenza y los cubre bocas no creen).

He aquí un recuento breve y somero del verano:

Ya no sirvo para mi chamba vacacional, empleado de mostrador y confianza en una ferre eléctrica, propiedad de mi señora madre: pues además de no ser chic y mantenerme con las manos sucias todo el día también me obliga a cargar bultos, algunos más pesados que otros, pero que terminaron por dejarme la espalda "cucha". No cabe duda, este es un trabajo de hombres, me pregunto cómo lo hace ella.

Sigo con la vida de Grinch anti social. Con la espalda "cucha" a donde quieren que vaya.

Mi padre se roba el cable del vecino, pero el muy infame sólo lo utiliza para ver futbol dejándome a mi y mis muchas series y programas de señoras (creo que hasta hoy no les había dicho que soy fanático de Discovery Home and Health) más que desamparados. Entre mis objetivos veraniegos está el juntar dinero para por fin poder pagar televisión privada. Probablemente el elegido será Dish, aunque aun me debato entre el Paquete Básico y el Básico +que por solo 50 pesitos más me da 8 canales extras.

Si usted mi amado lector tiene un largo momento de ocio visite el blog de escreativa No sabe cuanto lujo puede darse uno de criticar feroz y venenosamente.

Por cierto, atravieso un declive de sex’appeal que sólo ha funcionado con hombres feos. Primero un "gandalla" tuvo a bien agarrarme la nalga, quesque para salvarme de una caída, y no es que demerite su intención heroica, pero ya una vez en el suelo el cuate seguía con su mano bien puesta en mis pompitas, que aunque no son muchas y se confunden con la espalda tampoco era para tanto. El segundo, el segundo la mera verdá no fuer mejor: Un pobre diablo de oficio cajero de super mercado que al parecer apostó con su supervisor que llegaba a invitarme a salir: si hay algo peor que un naco son dos nacos en contubernio ¡Awggg!

Por cierto, sigo siendo un indocumentado. Creo que no les conté que perdí mi cartera en una fiesta en casa de Fercha (véase asignaciones especiales de una segunda vida) para que me hago guey además de la cartera perdí un poco de decencia. Pero el asunto es que sin ninguna identificación oficial (y no oficial) no hay nada en el mundo que avale que yo soy yo; y no puedo hacer trámite alguno hasta el día después de las elecciones ¡Bu! Me perderé mi grandioso derecho a anular mi voto

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