martes, 27 de enero de 2009

Bah!

A pesar de que podría usar mi tiempo para hacer alguna de las múltiples tareas que tengo que entregar mañana decidí escribir en mi abandonadísimo blog. Hace unos días comencé una entrada, aun sin terminar, acerca de la primera semana de clases, pero basta resumir que me tiene agotado.

Me declaro apático. Apático de la vida en todos sus sentidos y todos sus niveles. Estoy cansado de tener que hacer y no querer hacer nada. Cansado de buscar excusas para convencerme que esto es una fase y que tengo que hacerlo. Estoy tan cansado que no me importa ni Ricardo ni su barba hippie chick que lo hace ver tan sexy, no me importa si lo saludo o no. No me importa jugar a la Feme Fatale. No me importa, simplemente, porque requiere más energía de la que tengo.

Mucho menos me importa Mafalda y sus frases cínicas y certeras. La llegada del año nuevo chino y como, La Rata afectará a todos aquellos, que como yo, nacimos bajo el signo del Tigre. Total la astrología es una ciencia inexacta que juega con la probabilidad de nuestros destinos y en el mundo todo es 50/50. Si tenemos suerte estamos en el primer 50 y si no, pues no me importa.

Ni siquiera me importo a mi mismo. Este drama cansado revestido de crisis me da tanta flojera. Pero que caray actuemos cómo si la vida tuviera sentido aunque ese sentido no sea el mejor.

Evidentemente, si no me importo a mi mismo, tampoco me importas tú, si me lees pues ojala y no te canses tanto como yo, si no, pues no importa. Al final de día estoy escribiendo para mí. Estoy buscando entre las letras la catarsis que me lleve a darme cuenta que ya no me importa nada, y que ya es hora de que me vuelva a importar.

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