De la tele y sus desfiguros

Aprovechando el último día de este mes y que se acerca el fin de semana vámonos contando de lo que sucede en la telera nacional. El domingo pasado terminaron los programas estelares de fin de semana de cada una de las televisoras del país: bronca segura y revuelo en El gran desafío (que de grande no tenía nada y de visto y poco original tenía todo) porque según se queja Myriam Montemayor (ganadora de la primera generación de la Academia) hubo mano negra y le arrebataron el primer lugar ¿acaso a la señorita ya se le olvidó que su adhesión al concurso no fue muy legal que digamos? En Televisa Hazme reír llegó a su fin y cómo a mí nunca me hicieron reír, ni la señora Escalante y su Doña Lucha y mucho menos el Chaparro pues bien por ellos. Para el próximo domingo se estrena en televisión abierta “12 Corazones rumbo al altar”

Por cierto, eso me recuerda que hace casi dos semanas que dejé de ver la telenovela estelar del Canal de las Estrellas, la última producción de Carla Estrada: Sortilegio que protagonizan William Levy y Jaqueline Bracamontes; creo que el problema fundamental de las producciones de la señora Estrada es que se repiten una y otra vez las mismas carencias: Nuevamente hay pocos, muy pocos, escenarios y todo parece transcurrir donde mismo. El diseño de imagen de los personajes, otra vez, deja mucho que desear: no recuerdo un solo capitulo en que Levy haya portado un coordinado decente y proyectara una imagen de joven y exitoso industrial, y no la de pobre diablo que se viste con la luz apagada y desconoce la diferencia entre los tonos claros y oscuros. y La Bracamontes ¡Ay la Bracamontes! Estoy seguro que la odian con un peinado detestable, trapos nada favorecedores y un maquillaje que no sabemos si trae puesto la ex reina de belleza termina por verse más bien fea; pues encima su imagen en pantalla no esconde su delgadísima figura.

Ya encarrerado permítanme contarles de otra abominación Televisa de nombre: Todo el mundo cree que sabe ¿Qué de que se trata? Eso mismo quisiera yo saber hasta dónde entiendo es un programa de concursos en dónde los participantes, todos ellos, finísimas personas con título universitario, miden sus conocimientos contra los niños chichos de las primarias más chipocludas del país. Uno creería que tal y como su original gringo Are you smarter than a 5th grader es un programa hecho para que los televidentes se deleiten viendo a los niños ser destrozados por sus contrincantes; pero resulta que en la versión mexicana esto sucede al revés volteado pues los chamacos resultan verdaderas lumbreras y obligan a los que creen que saben a ser “humillados” en cadena nacional admitiendo que bien pueden ser contadores, abogados, ingenieros, o doctores pero un niño de primaria sabe más que ellos. Aún dejando de lado que el verdadero motivo de esta emisión es el de ser un infomercial para mejorar la imagen del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y sus agremiados, e incluso atreviéndome a dejar de lado que se anunció con bombo y platillo, y es que recordaran Televisa paró sus trasmisiones para que el mismísimo presidente de la cadena, Emilio Azcarraga Jean hiciera participes a los mexicanos de su compromiso con la educación. El mismo de Doña Elba Esther Gordillo, la mera mera del sindicato, con quien unía fuerzas. Dejando todo, pero todo esto, de lado, que como diría un profesor itesiano: “Es una coyuntura en la historia de los medios de comunicación”.

El verdadero problema de Todo el mundo cree que sabe es que su objetivo no es entretener y por lo tanto no lo logra. Chutarse una emisión del programa no es ni divertido, ni educativo, ni emocionante, ni alentador ni nada; es más bien insultante, desesperante y odioso: no sólo por las capsulas de información sobre la alianza por la calidad de la educación, en las que los testimoniales parecen, si no es que están, leídos con telepronter; o porque las reglas son liosas y uno no entiende que se juega porque se juega o como se juega; si no porque a diferencia de otros títulos como El rival más débil o Doble Cara al espectador no se le hace sentir dentro de una competencia donde se necesitan conocimientos y astucia y todo puede suceder, antes uno espera que el retador sea capaz de contestar una sola pregunta antes de que lo obliguen a declarar:”Un niño de primaria sabe más que yo”.

Ya para acabar (y es que está entrada esta re’larga) anoche se estreno EBDMPI o algo así un reallity donde un famoso esta en busca de su pareja ideal, ya les escribiré al respecto, pero por lo pronto, le puedo adelantar mi amado lector que si usted creía imposible una producción que mezclará lo mejor y lo peor de Flavors of love y America`s most Smartest Models, piénselo dos veces.