martes, 24 de marzo de 2009

titulo tentativo: refelexiones infestadas de negatividad y patetismo con final positivo y cursi, pero está requet'e largo

Aunque debería estar haciendo una de mis tareas para la clase de mañana, muy temprano, preferí ponerme a escribir para ustedes mis siempre venerados lectores imaginarios. Resulta que por fin he terminado con uno de los proyectos más endemoniados del semestre: una infografia interactiva.

Después de más de 80 horas de trabajo, varias desveladas maratónicas, canciones ochentenas a la una de la mañana, y diálogos al estilo del Rudo y el Cursi, hace unos minutos di click en el botoncito “enviar para calificación” vale decir que no creo que vaya a ser muy alta, pero, por extraño que parezca, tampoco me importa. Es en esta última frase que recae el post de hoy ¿Qué tan bueno o malo es que no me importe? Quizás es bueno, porque estoy abandonando la pretensión idiota de ser un estudiante (o alumno) modelo (por no decir matadísimo) de calificaciones altas y promedio presumible, pero al mismo tiempo no he dejado de matarme como pendejo, y muy probablemente me sentiré no sólo ofendido sino también decepcionado de mis capacidades y del resultado del esfuerzo una vez que me entreguen la nota.

Ahora mismo tengo sentimientos encontrados al respecto: todo el trabajo durante el pasado puente, luego durante el último fin de semana: haber faltado a las comidas en casa de la tía, una de ellas con motivo de mi cumpleaños, cargar la loza del stress en la espalda, posponer otros trabajos y no cumplir con las expectativas de mis otros maestros y mis otros compañeros de equipo, pasar los días medio zombie, todo ¿Para qué? ¿Para sacar un seis? ¡Bah que mierda!

En fin, gracias a "la gorda" quien amablemente me recogió de la universidad cada uno de los días que me quede encerrado hasta la madrugada. A mi señora bendita (Doña Ángela Godoy, véase referencia en la entrada se acabo) que en un día de strees absoluto en que me sentía el pendejo más grande del mundo, me recordó que no lo soy del todo, (o sea tengo talentos escondidos). a Mildred que veló mis 60 minutos de sueño en el suelo del salón, me dio cobijo con una de su sudaderas y almohada con su peluchito de Taz. A Eunicienta que siempre trató de mantener una buena actitud y su mejor cara a pesar de que se la estuviera llevando la chingada, a Karlita, que se ofreció a ayudarnos y me dio una clase rápida cuando no sabia que hacer. A mi PJS que me conectó con su amigo el diseñador cuyo talento dio forma a nuestras ideas. Gracias a la vida porque mañana es miércoles y el sabadito estará más cerca y traerá consigo una borrachera masiva con tintes de perdición e inconsciencia total para celebrar, no la calificación, sino que ahora somos más unidos.
Ahh querían saber que es una infografia, esta no es interactiva, de hecho es narrativa pero muestra a traves de recursos infograficos la historia de la Caperucita Roja. Vale la pena está PKM



Slagsmålsklubben - Sponsored by destiny from Tomas Nilsson on Vimeo.

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